Imagina que estás en tu casa, como cualquier otro día. De repente, recibes una llamada urgente de tu jefe en la compañía de tecnología donde trabajas. Al principio, no entiendes por qué suena tan angustiado, pero cuando él te dice lo que ha sucedido, todo cambia.
"Ha habido una pandemia mundial, una infección desconocida ha diezmado a más del 90% de la población en todo el mundo", dice tu jefe. "Estamos buscando a alguien que pueda ayudarnos a descubrir la causa de esta infección. Eres el mejor ingeniero de software que tenemos, necesitamos que vengas y lideres este proyecto".
Te quedas sin palabras. Sabes que tendrás que trabajar más duro que nunca antes, pero también te das cuenta de que tienes una habilidad especial para la inteligencia artificial. Puedes usarla para ayudar a encontrar la causa de esta infección y salvar al mundo.
A la mañana siguiente, llegas a la oficina temprano. El edificio está en silencio y oscuro. La mayoría de los empleados han sido infectados, y la compañía está tratando de descubrir una cura. Pero tu trabajo es diferente. Tu tarea es ayudar a descubrir la causa de la infección, para que pueda ser eliminada para siempre.
Te sientas en tu escritorio y comienzas a trabajar en el software que se te ha encargado. Sabes que tienes que ser muy cuidadoso, porque hay muchas variables en juego. Pero con tu experiencia en inteligencia artificial, sabes que tienes una buena oportunidad de éxito.
Mientras trabajas en el software, comienzas a darte cuenta de lo serio que es todo esto. La infección ha cambiado el mundo para siempre. Pero también te das cuenta de que eres parte de algo más grande. Eres parte de un esfuerzo para salvar al mundo, para encontrar la causa de la infección y para garantizar que esto nunca vuelva a suceder.
El primer día es largo y agotador, pero también te llena de esperanza. Sabes que tu trabajo es importante, y que hay mucho en juego. Pero también sabes que estás haciendo lo correcto, y eso es lo que te impulsa a seguir adelante.
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